jueves, 29 de octubre de 2009

Sintesis de Diego Levis. Modelo para armar

Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información
Modelo para armar
Dr. Diego Levis




“La sociedad de la información se ha convertido, a lo largo de todos estos últimos años y desde Estados Unidos, en la tecnoutopìa explicativa y legitimante del capitalismo mundial.”

El concepto “ Sociedad de la información” se ha ido constituyendo durante las ultimas décadas del siglo pasado en una promesa de carácter casi-mesiánico cuyo taumaturgo son hoy las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), en particular las redes telemáticas.
El objeto de este articulo es ofrecer elementos que ayuden a comprender que hay detrás del lema “sociedad de la información”, cuál es el modelo de sociedad que se proponen construir sus principales promotores y la sinceridad o no de las promesas de progreso y bienestar asociadas a ella.

Primeros Antecedentes

Los propósitos generales expresados durante la CMSI tienen antecedentes en numerosos documentos de instituciones y organismos públicos.
Hace màs de 50 años, Norbert Wiener, creador de la cibernética, anunciaba el advenimiento de una sociedad de la información cuya base organizativa, imaginaba, era la circulación sin trabas de la información, a la considerada como una nueva materia prima.
Para Wiener este nuevo modelo de sociedad es, por definición, incompatible con la practica del secreto, las desigualdades de acceso a la información y su transformación en mercancía pero advierte que las limitaciones intrínsecas de acceso a la información se deben, precisamente, a su carácter de articulo de consumo lo cual implica una degradación de la libre circulación sobre la cual, a su juicio, se sustenta el orden social.
El pensamiento de Wiener tiene continuidad en las propuestas del investigador japonés Yonedi Masuda quien en Computopìa, su obra màs influyente, presentaba la emergente sociedad de la información como una sociedad que ofrecerá nuevos conceptos de libertad e igualdad en la que florecerá la creatividad cognoscitiva individual.
La computadora nos enfrenta a dos alternativas opuestas. La primera, a la que denomina computopìa, puede abrir las puertas a una sociedad del conocimiento en cambio si los ordenadores se utilizaran sòlo con fines de automatización del gènero humano y la decadencia social.
A comienzos de la dècada de 1970, grandes avances en el campo de las telecomunicaciones y la informática permitieron un incremento muy importante en la velocidad y la capacidad de procesamiento y transmisión de información. Este progreso tecnológico coincidió con el inicio de una profunda crisis económica internacional que se manifestó primero en el abandono unilateral del patrón oro por parte de los Estados Unidos en 1971 y la crisis petrolera de 1973 que cuestiono gravemente el modelo de desarrollo industrial sustentando en el crecimiento incontrolado del consumo de energía.
En este contexto algunos gobiernos de países económicamente màs desarrollados comienzan a centrar su atención en las posibilidades de desarrollo económico que ofrece la informática.
El interés que existía en la época por analizar y evaluar las consecuencias sociales y económicas implícitas en la interrelación creciente que se verificaba entre las telecomunicaciones y la informática da lugar a la redacción de informes de expertos por encargo de los gobiernos y a numerosas reuniones organizadas por diferentes organismos internacionales.
La tesis de Nora y Minc, deudora del pensamiento de Wiener, se estructura alrededor de la idea de que las consecuencias del proceso de informatización son de una dimensión más amplia que otras innovaciones tecnológicas que la precedieron. A partir de este principio, los autores pronostican el desarrollo inmediato de una informática de masas que invadirá toda la sociedad, como lo ha hecho la electricidad.
El informe tuvo gran repercusión y sirvió como punto de referencia en el posterior diseño de políticas pùblicas basadas en el emergente paradigma digital y en el desarrollo de la redes telemáticas. Sin embargo la verdadera revolución informática comenzaba a dar sus primeros pasos, no respondía a los planteamientos defendidos en la época por las empresas informáticas y por el establishment político y económico sino que tiene su origen en ambientes contraculturales a principios de la década de 1970.
En los años 80 estas dos visones se mantendrán si bien muchas veces los defensores y los detractores de la informática coinciden en posturas tecnodeterministas de sentido opuesto, pero igualmente acriticas respecto al poder de transformación socio-cultural a las tecnologías de la información y la comunicación.

Tecno-culturas: cultura libertaria, militarismo y desarrollismo neo-liberal

De todo la década de 1980, se multiplican los estudios e informes destinados a evaluar las repercusiones socioeconómicas y culturales de la informatización de la sociedad y comienza hablarse con cierta insistencia del proceso de convergencia entre la radiodifusión, las telecomunicaciones, la informática y la electrónica de consumo.
Conocido como Guerra de las Galaxias, el plan de Reagan tuvo importantes repercusiones en el aumento de la capacidad operativa de los satélites y en la automatización, funcionalidad y proliferación de las redes telemáticas a distintos ámbitos de la vida económica.
Los autores màs optimistas presentaban la informática y las telecomunicaciones como un vehiculo de progreso, democracia, cultura y libertad, que conduce a un aumento del tiempo libre y a una mejora de la calidad de vida. A grandes rasgos, en esta posición encontramos tanto a autores como Alvin Toffler, como a usuarios intensivos de las redes telemáticas provenientes principalmente de universidades y de centros de investigación que están en el origen de la llamada cibercultura.
Una de las manifestaciones màs conocidas de la cibercultura es la comunidad “hacker”, integrada por programadores informáticos que defienden la idea de que la información y los detalles de los sistemas de programación informática deben ser compartidos y facilitando el acceso a la información y a los recursos informáticos siempre que sea posible.
Ciertos postulados de la cibercultura, consiguen atravesar el circulo restringido del mundo académico y científico y a principios de la década de 1990, tras el final de la guerra fría y en los inicios de una nueva crisis económica, son recuperados por sectores políticos y económicos del llamado primer mundo necesitados de encontrar espacios en las que concentrar los esfuerzos colectivos.

Por las suèrautopistas de Al Gore rumbo a la cumbre de Ginebra

La primera manifestación de importancia del renovado interés por promocionar el papel de las TIC en la construcción de una sociedad màs justa y próspera fue la presentación por parte del recién sumido gobierno de Hill Clinton y Al Gores en 1993 de un plan de la construcción de una infraestructura avanzada de información.
El vicepresidente Gore, imagina una red de información planetaria capaz de transmitir mensajes e imágenes a la velocidad de la luz desde la ciudad màs grande a la aldea màs pequeña. Único modo para conseguir crear las condiciones necesarias para alcanzar un desarrollo sostenible. Con este propósito es indispensable construir una Infraestructura Global de Información, las redes de telecomunicaciones, las computadoras, los bancos de datos y la electrónica de consumo. Estas redes de inteligencia distribuida, no solo propiciarían el crecimiento económico, sino que además permitirán un fortalecimiento de la democracia, una mejora en el tratamiento de la salud y ofrecerán soluciones a los desafíos ambientales globales y locales, en el que se entremezclan el determinismo social, la ambición de supremacía política y los intereses de los grandes centros de poder económico.
Además tuvo el merito de devolver al primer plano del debate político y social la necesidad de establecer estrategias económicas, políticas y culturales integrales para aprovechar las oportunidades que ofrecen las TIC en distintos ámbitos.
Las TIC son el núcleo del modelo de desarrollo del siglo XXI.
“En la actualidad el mundo està asistiendo a una mutación de los sistemas de producción, la organización de trabajo y las pautas de consumo cuyos efectos son comparables a los de la primera revolución industrial. Esta mutación se debe al desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación. Esta mutación da lugar al nacimiento de una nueva sociedad de la información en que ofrecen las tecnologías de las información y las comunicaciones (TIC) se ponen al servicio de la actividad humana”.
“La evolución hacia la sociedad de la información es un movimiento irresistible que afecta al conjunto de la organización social y a las relaciones entre los interlocutores económicos”. Pero no se trata de un sueño tecnológico realizable sòlo en el próximo siglo, por el contrario, esta nueva sociedad ya es una realidad.
Tanto el proyecto Gore como el Libro blanco obtuvieron gran atención mediática especialmente el plan estadounidense, lo que sirvió para popularizar rápidamente la idea de una superautopista de la información asociada a promesas de mayor bienestar económico y progreso social para toda la sociedad.
A partir de la mitad del 90, el rápido crecimiento del numero de usuarios de Internet empezó a llamar la atención de gobiernos y empresas de telecomunicaciones audiovisual e informática que, salvo contadas excepciones, no habían reparado en esta red descentralizada, de concepción y funcionamiento alejados, inicialmente, de los propósitos políticos y económicos que habían impulsado el plan Gore y el Libro Blanco Europeo.
Al cabo de poco tiempo, las publicitadas autopistas de la información quedaron asimiladas a la revitalizada Internet.
Los valores libertarios de la cibercultura y las promesas que acompañan a las TIC desde la década de los setenta empiezan a ser domesticados y resignificados en los eslògenos y lemas propagandísticos de promoción de Internet, que es presentada ante la sociedad como un gran y esplendido centro comercial o bien como una herramienta prodigiosa de progreso y prosperidad.
El Plan de Acción Europa 2002, consagra el ascenso de Internet a los altares de las metas gubernamentales al situar entre sus objetivos principales estimular el uso de la red y facilitar el acceso rápido, barato y seguro a la misma.
Apenas un mes después de la firma del Plan de Acción, cuyo tema central fue el el desarrollo de la sociedad de la información en el mundo. El documento surgido de este encuentro, considera a las TIC como un motor de vital importancia para el crecimiento de la economía mundial y confirma la relevancia creciente que los gobiernos de las principales potencias económicas otorgan a las TIC como factor de transformación económica y social permite a la gente aprovechar y realizar su potencial.
Las TIC representan una oportunidad extraordinaria para las economías emergentes y en desarrollo. Para ello recomiendan los firmantes, los gobiernos tienen que crear una política y un marco regulatorio predecible, transparente y no discriminatorio, necesario para la sociedad de la información.
La sociedad de información empezaba a hacerse global, la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información confirma el interés por extender a todo el mundo los beneficios atribuidos al modelo de sociedad emergente.
En el año 1970, hubo ya quienes comparaban el poder transformador de la informática con nuestros antepasados el dominio del fuego, aunque es casi seguro que por entonces no mediaran intereses mercantiles de la magnitud de los que están actualmente en juego.

CMSI: ¿Cuales sociedades de la información?

El informe Construir la sociedad europea de la información para todos, redactado por un grupo de expertos de alto nivel en 1997, define la sociedad de la información como aquella que actualmente se desarrolla, en la cual las tecnologías poco costosas de almacenaje y de transmisión de información y de datos son accesibles a todos. La utilización de información y de datos esta acompañada de innovaciones organizacionales, comerciales, sociales y judiricas que cambiaran en profundidad la vida, tanto en el mundo del trabajo como en la sociedad en general.
Las TIC no tienen en si mismas capacidades intrínsecas de cambio que conduzcan inevitablemente a una mejora en las condiciones de vida de sus usuarios. No es seguro que viviremos mejor por el solo hecho de tener acceso a màs imágenes, más informaciones y más canales de comunicación. Por suerte, hay quienes aun resisten la enorme capacidad centrifugadora de gobiernos, empresas y otras instituciones y continúan utilizando, desarrollando y compartiendo aplicaciones de TIC con fines comerciales. Comunidades de usuarios, miembros del mundo académico y de otras organizaciones, tuvieron una presencia activa en la Cumbre Mundial, las diversas y heterogéneas organizaciones e instituciones que respondieron a la convocatoria contribuyeron con numerosas aportaciones en el contenido de la Declaración de Principios y el Plan de Acción aprobados durante la primera fase de la cumbre.
Es probable que la misma heterogeneidad de los participantes haya dificultado la presentación de propuestas concretas capaces de impulsar acciones que faciliten el uso social y efectivo de las TIC para mejorar las condiciones de vida de las personas y el bienestar del conjunto de la sociedad.

Un camino para andar

Los documentos finales deja el campo libre para que se propague la falsa idea de que la solución a los desafíos a los que se enfrentan la humanidad pasa por eliminar la llamada brecha digital, como si fuera la causa y no consecuencia de la brecha económica y social que separa a los habitantes del mundo.
El positivismo tecnológico que atraviesa los documentos, ignora las dinámicas socioculturales que impulsan los procesos de apropiación social de las tecnologías en las que se ponen en juego cuatro lógicas interrelacionadas entre si: técnica, comercial, social y cultural.
LAS TIC DEBEN CONSIDERARSE COMO UN INSTRUMENTO Y NO COMO UN FIN EN SI MISMA.

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